Un Hombre Llamado X

sábado, septiembre 01, 2007

La iglesia es otra de las verguenzas de esta estirpe

Hemos hablado largo y tendido de los curas y obispos pedófilos sin que la iglesia de Roma haya sido capaz de emitir un claro e inequívoco comunicado condenándolo en todo el mundo, y por tanto, otra vez miró para otro lado, aunque no debería extrañarnos si tardaron 4 siglos en disculparse por lo de Galileo y reconocer el error de que la tierra no es plana.

Pues hoy leo esta noticia en 20Minutos.es que me deja los pelos como escarpias:

Un sacerdote se acostaba con sus hijas para enseñarles a ser buenas esposas

Alucinante. Pero este hijo de puta de que pasta está hecho? acostarse con sus propias hijas, menores de edad, para enseñarlas a ser buenas esposas???? y que les va a enseñar??? a ser sumisas??? a ser obedientes con sus maridos??? al incesto continuo??? a que el cura puede beneficiarse a las mujeres que dese??? a que cuando tengas hijas deben decirle que se acuesten con su padre para que aprendan lo mismo???

Yo alucino con estos personajes y con la falta de moral propia con que viven, pero el colmo es que es un sacerdote, tela marinera. Y este enseña reglas morales al resto!!!! Y los curas pedófilos era el mismo tema. Pues si no puedes follar porque no puedes al haber elegido ser cura y la fuerza del sexo te puede, cámbiate de paisano y vate de putas, gástate la pasta, vete a pasar un rato de vez en cuando con esas señoritas de moral distraída y desfógate, pero coño, no les jodas la vida a tus hijas.

Un sacerdote fundamentalista australiano de 54 años ha sido condenado a 8 años y medio de cárcel tras ser declarado culpable de siete cargos de incesto y "sexo ilegal". Al parecer, mantenía relaciones sexuales con sus hijas de 15 y 13 años para enseñarles a ser buenas esposas, informa el diario The Sidney Morning Herald.

El hombre practicó el sexo con sus propias hijas durante casi una década, desde 1991 hasta que las chicas cumplieron 13 y 15 años. Dichas relaciones incestuosas se produjeron en diversos lugares, tales como el cobertizo, un prado, la parte trasera de un coche e incluso la casa de los abuelos de las niñas.

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