Nos afecta a todos
Cuando veíamos la invasión que el presidente Bush hizo en Irak, con su previa puesta en escena con la foto de las Azores, muchos pensaron que esa guerra era a miles de kilómetros de distancia y no iba con ellos y que éramos unos rojos exagerados los que clamábamos por la indecencia de un acto de tal calibre, pero la realidad fue bien distinta pues el fruto ha sido una encarnizada guerra que ha calentado la zona de una manera tal que se ha convertido en una situación casi irresoluble, o al menos muy complicada y en la que ya han muerto ya miles de personas de ambos bandos.
Pero aunque eso era allí, y había, y sigue habiendo, miles de kilómetros con nuestra casa y con nuestros felices países, los atentados de USA, Madrid y Londres no fueron a miles de kilómetros, fueron aquí, en nuestro propio país, en nuestra propia ciudad, en nuestra propia casa. Nos repiten que el mundo que es una aldea global, y eso es en todos los sentidos.
Cuando esa sucursal norteamericana llamada Israel ha empezado a bombardear el Líbano con la excusa de que les habían secuestrado a dos personas, y enarbolando su particular Ley del Talión, ha realizado una ofensiva en la que ha masacrado indiscriminadamente civiles y militares, incluyendo niños y personal de la O.N.U., muchos pensaron que su sofá estaba muy lejos del ruido de las bombas y que era una pena que mataran a esas pobres personas, pero estaban a miles de kilómetros y al fin y al cabo, tenemos muchas cosas en que pensar.
Pero cuando de pronto se cierra el aeropuerto de Londres porque estaba preparada y lista para actuar una célula islamista para reventar en pleno vuelo 10 aviones en trayecto hacia USA, eso ya no está tan lejos, esos pasajeros podían ser tus vecinos, tus amigos, tus clientes o incluso cualquiera de nosotros.
¿Donde está la distancia en un mundo global como este? ¿Acaso no nos hemos dado cuenta que todo está tan relacionado que cuando cae una bomba en Beirut los ecos del estallido suenan con perfecta nitidez en Madrid o Londres? ¿Acaso nos hemos pensado que a estas alturas podemos seguir permaneciendo impasibles y no tomar partido con un argumento tan insostenible como que esos árabes se matan entre ellos? ¿No nos hemos dado cuenta que el vecino del primero es musulmán, el del quinto hindú y la tienda de la esquina la regentan un matrimonio chino? ¿Ya se nos ha olvidado que han existido un 11-S, un 11-M y un 7-J? ¿Acaso alguien piensa que odio se cura con odio?
Ya basta!!! Ya estamos hartos de que las cabezas pensantes como Bush, Blair o Aznar se erijan en poseedores de la verdad, esa verdad única e indisoluble, esa verdad incuestionable, esa verdad sin sombras de la que tanto presumen y nos dejen los muertos a nosotros, y que veamos como el miedo entra en nuestro portal, en nuestros colegios, en nuestras oficinas por que a ellos se les cruzaron los cables un día y decidieron poner en marcha un maléfico plan mundial en el que era necesario controlar el petróleo para poder controlar el mundo y que solo ellos decidieran quien lo utilizaría y de paso gastar todas las armas que había almacenadas para poder seguir fabricando más, pues no se nos debe de olvidar que las armas son la primera industria de los benditos Estados Unidos de América. Negocio redondo para unos, miedo, muerte, odio y destrucción para el resto.
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