Un Hombre Llamado X

martes, octubre 10, 2006

Un forense turco acusa a un "viceministro" español de pedirles que asumieran la confusión de los restos del Yak-42

No voy a añadir ni una coma porque me sale tanta mala hostia y tanta rabía al oir este tipo de cosas que les estaría pisando la cabeza hasta desgastarme la suela.

No solo son fascistas para portarse como lo hacen con los vivos, sino que incluso con los miembros del ejército fueron capaces de tratar así a sus muertos. Debería darles suficiente vergüenza para irse del país y no volver en toda su vida.

Os dejo la noticia y juzgar por vosotros mismos pensando que haríais si los muertos fueran familiares vuestros.


  • Así lo ha asegurado el director del Instituto Forense Turco, Keramettin Kurt.
  • En mayo de 2003 murieron 62 militares españoles al estrellarse su avión en Afganistán.
  • Dos años después del accidente, 21 familias volvieron a enterrar los restos de los militares que fueron mal identificados en un principio.
En aquel accidente, ocurrido el 26 de mayo de 2003, murieron 62 militares españoles que regresaban de Afganistán, al estrellarse su avión, un Yak-42, en las montañas de Pilav, en la región turca de Trabzon.

En una entrevista exclusiva con el diario "Milliyet", uno de los más difundidos en Turquía, Kurt afirma que es la primera vez que revela esta petición de funcionarios españoles a los que sólo identifica como "el viceministro de Defensa y unos generales", sin precisar sus nombres.

Kurt dijo a la periodista que le entrevistó, Sukran Pakkan, que no recuerda sus nombres y que no guarda notas de esa entrevista porque era "una cita no planificada".

El artículo donde aparece la entrevista lleva como título "la inmoral propuesta española al Instituto Forense turco".

El responsable dice que

"es la primera vez que voy a revelar esto. Hasta ahora me lo había guardado".

Según Kurt, que tres años y medio después sigue al frente del Instituto, en el momento del accidente, los funcionarios españoles que se presentaron en el lugar de los hechos querían abreviar al máximo los trámites de identificación de los soldados y -siempre según él- dieron algunas identidades no confirmadas a sabiendas.

"Los españoles querían hacer las pruebas de ADN en su país (pero) tenían que esperar hasta que terminara la identificación de los cadáveres. Sin embargo, insistieron y les dimos todos los cuerpos firmando un documento. Se habían establecido las identidades de 32 soldados", relata.

"En los otros cadáveres, sencillamente pusieron unas pegatinas con los otros nombres. Pensaron que 'el muerto, muerto está; nadie va a indagar más'", continúa Kurt.

Meses más tarde, "a fines de 2003", el responsable forense recibió la visita del "viceministro de Defensa y de unos generales españoles".

"Vinieron a mí para librarse del escándalo (...) Estaban metidos en un buen lío. Nos rogaron de este modo: 'Fue un error, por favor firmad este papel y nos quedaremos tranquilos'", continúa Kurt.

"Firmad este papel para reconocer que el error es vuestro", fueron las palabras que -según Kurt- pronunciaron los dos enviados españoles.

"Entonces yo les dije que era imposible y que ya nos habíamos opuesto desde el principio" (a entregar los cadáveres sin identificación), añadió.

El director del Instituto también alude al cambio de gobierno producido en España en 2004 y a la apertura de un proceso judicial para establecer responsabilidades sobre lo sucedido.

"Se han abierto muchos procesos por compensaciones. Si hubiéramos hecho lo que nos pedían, habrían salido absueltos y nos tocaría a nosotros pagar esas costosas compensaciones", explica, justificando así su actitud en aquella entrevista a fines de 2003.

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