Benedicto XVI visita Auschwitz

No busquemos culpables en Dios, y preguntemos a la Iglesia por qué una y otra vez a lo largo de los siglos acepta, asume, respalda o no condena a regímenes como el de Hitler, el de Bush, y tantos otros que ha habido en la historia, y simplemente ha sido cómplice o novia bien avenida de los mismos utilizando el poder que le confería dicho noviazgo.
¿O nos vamos a olvidar que estuvo de la mano de dictadores fascistas como Franco durante 40 años? Pues no, esas cosas no se olvidan tan fácilmente. A Galileo ha costado cientos de años que lo perdonasen, aceptasen sus teorías y dejara de ser un proscrito.
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